Por Carlos Roa
Según la Agencia de las Naciones Unidas para Refugiados ACNUR, más de 20 millones de personas deben abandonar su hogar y trasladarse a otros puntos de su propio país cada año, debido a los peligros que causan la creciente intensidad y frecuencia de eventos climáticos extremos.
Entre estos eventos se cuentan lluvias inusualmente fuertes, sequías prolongadas, desertificación, degradación ambiental, ciclones o aumento del nivel del mar.
Este jueves 22 de septiembre, el periódico Orlando Sentinel reseñó la congregación en dos iglesias de Azalea Park, al centro de Florida, para conmemorar los 5 años del paso del huracán María por Puerto Rico; y a la vez orar por las nuevas víctimas que acababa de dejar a su paso el huracán Fiona.
La crisis en números
En 2017 María, un huracán de categoría 4, devastó Puerto Rico y provocó la muerte de más de 4 mil seiscientas personas, según un estudio de la Universidad de Harvard. Se estima que alrededor de 50 mil puertorriqueños fueron desplazados de la isla al Estado del Sol, según economistas de la Universidad de Florida.
Esta semana, Fiona fue otro golpe para los puertorriqueños. Dejó al menos 5 fallecidos, inundaciones generalizadas y una red eléctrica golpeada.
En noviembre de 2020 los huracanes “Eta” e “Iota”, de categorías 4 y 5 respectivamente, arrasaron América Central y dejaron a 7 millones de personas damnificadas en diez países, entre ellos centroamericanos, caribeños y México.
La Matriz de Seguimiento del Desplazamiento de la Organización Internacional para las Migraciones OIM, detalló que Guatemala fue uno de los países más afectados por los huracanes, junto con Honduras y Nicaragua.
Según el Centro de Monitoreo del Desplazamiento Interno, “Eta” e “Iota” causaron 1.7 millones de nuevos desplazamientos, especialmente en Nicaragua, Guatemala y Honduras. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, apunta casi 3 mil millones de dólares en daños. Muchos de los afectados terminaron migrando a Estados Unidos.
¿Están protegidos los migrantes climáticos?
ACNUR ha estado brindando asistencia y protección a un gran número de personas refugiadas y desplazadas por los efectos del cambio climático. Además, las ayuda a ser resilientes en caso de futuros desastres.
La Organización de las Naciones Unidas ha tardado en reconocer oficialmente a los refugiados climáticos. No existen protecciones para aquellos cuyos medios de vida se han visto afectados negativamente debido al cambio climático. El Banco Mundial estima que solo México y Centroamérica tendrán entre 1,4 a 2,1 millones de migrantes climáticos para 2050.
Sin embargo, existe un fallo de la ONU que sugiere que existe reconocimiento de personas desplazadas debido al clima. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, dijo que “Si alguien tiene una amenaza inmediata a su vida debido al cambio climático (y entra a otro país) no debería ser enviado de regreso porque correría el riesgo de su vida, como en una guerra o en una situación de persecución.
La OIM asegura que está al frente de los esfuerzos para colocar la migración ambiental en el centro de las inquietudes internacionales.
Desde 2007, los Estados Miembros le solicitaron al organismo que trabajara en la relación entre migración, medio ambiente y cambio climático. En 2015, fue creada una División dedicada enteramente a la Migración, Medio Ambiente y Cambio Climático.
Los objetivos de la OIM son evitar la migración forzosa que deriva de factores ambientales; brindar asistencia a las poblaciones afectadas cuando la migración forzosa ocurre en situaciones de cambio ambiental; buscar soluciones duraderas a su situación; facilitar la migración en el contexto de la adaptación al cambio climático y mejorar la resiliencia de las comunidades afectadas.