Por: David S. Vogel
Científico de datos y CEO de Voloridge Investment Management
Puedes considerarlo como la tarifa mensual que pagas a tu ciudad para recoger la basura. Si no se cobra esa tarifa, la basura se acumularía en tu calle y, en última instancia, disminuiría el valor de las propiedades del vecindario por cientos de miles de dólares. El mismo impuesto se aplica a los productos de tabaco. Después de décadas de permitir a las compañías tabacaleras crear y vender un producto que cobró vidas y generó miles de millones en costos de atención médica, todos finalmente acordamos que era justo responsabilizar a las tabacaleras por los miles de millones de dólares que le cuestan a la sociedad.
Las compañías de petróleo, gas y carbón son el nuevo tabaco. Son los responsables de billones de dólares en daños injustos al valor de la propiedad, en vidas, en riesgos de salud y gastos de salud. Los datos muestran inequívocamente que las emisiones durante el siglo pasado han calentado el aire y el agua en dos grados Fahrenheit, uno de esos grados durante los últimos 20 años. Se espera que el próximo grado de calentamiento ocurra en los próximos 15 años. Cada grado de calentamiento se puede conectar a un mínimo 20 mph de aumento de la velocidad del viento en los huracanes y un aumento significativo de la precipitación. Por lo tanto, los vientos que devastaron las Bahamas durante el huracán Dorian hubiesen sido por lo menos 40 mph más débiles y las inundaciones menos catastróficas de no haber sido por las emisiones de carbono de los últimos 100 años. Sí, han sucedido huracanes devastadores cada 10-20 años, como los huracanes Andrew y Katrina, pero hoy en día es casi un evento anual. A nuestro ritmo actual de liberación de dióxido de carbono a la atmósfera – 35 mil millones de toneladas por año – estamos acelerando estos cambios.
Soy un profesional financiero basado en datos, sin compensación por la investigación ambiental –más allá de satisfacer la curiosidad intelectual-. Era escéptico sobre si los humanos contribuyeron al aumento del dióxido de carbono o si es parte de un ciclo natural. Observé las mediciones de Mauna Loa que indicaban que había 2 billones de toneladas de dióxido de carbono en la atmósfera en 1958, y ahora hay 3 billones de toneladas. Verifiqué los números en el informe de energía de BP:
(Cualquiera puede buscar esto en Internet) el extra de 1 billón de toneladas puede atribuírsele fácilmente a las emisiones de combustibles fósiles. Encontré artículos científicos escritos por físicos de gran prestigio que han sabido durante 200 años que la razón por la cual la tierra era 62 grados más cálida que la luna -estando a la misma distancia del sol- se debe a los 2 billones de toneladas de dióxido de carbono en nuestro atmósfera. Al agregar 1 billón de toneladas adicionales de emisiones de combustibles fósiles, ¡hemos creado un gran horno!
También hay efectos en la salud. Es probable que sufras de alergias respiratorias / asma o conozcas a alguien que las tenga. El dióxido de carbono es alimento para plantas, y las emisiones de combustibles fósiles han aumentado el “alimento para plantas” en el ambiente en un 50%. Los estudios científicos muestran que el dióxido de carbono adicional exacerba las emisiones de polen de Ambrosía casi el triple; el mismo polen responsable de la mayoría de los casos de infecciones respiratorias. Por lo tanto, podemos agradecer a la dependencia de combustibles fósiles el aumento de nuestros riesgos en la salud. Estoy limitado por el espacio disponible para este artículo de opinión, pero podría escribir páginas sobre los efectos del calentamiento de las aguas en el agua potable y las condiciones de nado en el océano. El agua más cálida alimenta el crecimiento de bacterias, la marea roja, las algas verdes azules, las algas marinas y todas esas condiciones se están volviendo cada vez más comunes, contaminando nuestras playas e impactando nuestro turismo.
Una vez que las personas se den cuenta de que la dependencia de los combustibles fósiles tiene un costo enorme para la sociedad, entonces podrán entender que la solución es increíblemente simple: ¡IMPONER IMPUESTO A LAS EMISIONES! Podemos optar por ahorrar 2 centavos por kwh con carbón y petróleo sobre energía solar y eólica, y continuar pagando 12 centavos por kwh a través de nuestros impuestos en reclamos por inundaciones y paquetes de ayuda a FEMA. Alternativamente, podemos gravar a los contaminadores con los 12 centavos, lo que incentiva el mercado libre -sin regulaciones ni incentivos- para pasar rápidamente a comprar energía de fuentes limpias renovables. El resultado neto es un aumento en el costo para el consumidor de alrededor de 2 centavos / kw para elegir energías renovables, pero nos ahorra 12 centavos/kwh en forma de impuestos, gastos de atención médica y en pérdidas de bienes inmuebles.
¿Y a dónde iría este dinero del tax al carbono? Eso lo dejaré para que se lo peleen los demócratas y los republicanos; NO es de importancia. Solo puedo garantizar, como profesional en finanzas, la importancia de un tax al carbono para corregir la ineficiencia actual en el mercado libre. El resultado mejorará nuestra economía mientras estabiliza el clima sin NINGUNA regulación adicional.
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