Rechazar el plástico de un solo uso es la mejor manera de proteger el océano y el planeta.
Por Thais López Vogel
Julio es el mes dedicado a disminuir los plásticos, especialmente los que usamos una sola vez. Este compromiso debe ser urgente, ya que solamente un 5% de los 46 millones de toneladas de desechos plásticos que produce actualmente Estados Unidos al año, alcanzan a ser recicladas. Entre unos 4 y 12 millones de estas toneladas métricas de plástico entran al océano.
Esta situación afecta a las tortugas marinas, las ballenas, las aves, los peces, los arrecifes de coral y otras numerosas especies y hábitats marinos. Los científicos estiman que más de la mitad de las tortugas marinas y casi todas las aves marinas han comido plástico en su vida.
Como afirma la Sociedad Oceánica (Oceanic Society), los plásticos son para siempre. Las bolsas de plástico que utilizamos en nuestro día a día tardan entre 10 y 20 años en descomponerse, las botellas plásticas demoran 450 años. Los otros artículos de este material necesitan hasta mil años.
También enfrentamos la contaminación por microplásticos, diminutos fragmentos que se desprenden no solamente de objetos de plástico, sino también de neumáticos, ropa y cosméticos.
Por si fuera poco, un estudio de la Universidad de Hawái reveló que el plástico expuesto a la intemperie libera metano y etileno, dos potentes gases de efecto invernadero que contribuyen a agravar el cambio climático.
Todo esto quiere decir que los esfuerzos de reciclaje están muy lejos de ser suficientes. Por eso, tenemos que trabajar simultáneamente en reducir el uso del plástico, sobre todo rechazando el plástico destinado a un solo uso. Es la única forma de aumentar nuestra eficiencia en abordar este problema. Estamos hablando de sorbetes, bolsas de plástico, utensilios para comer, removedores, botellas de bebidas y recipientes de comida para llevar. Tengamos en su lugar sustitutos reusables.
También debemos estar atentos a utilizar cosméticos sin plástico y productos de belleza sin microesferas.
Cuando rechaces los artículos de plástico de un solo uso, hazle saber a los negocios que te gustaría que te ofrecieran alternativas ecológicas. Y presiona a tus autoridades locales para optimizar el reciclaje de plásticos en tu ciudad. No podemos hacer mucho si no contamos con ellos, pero ellos tampoco llegarán muy lejos sin nuestro apoyo.
La clave para avanzar hacia un mundo con cada vez menos contaminación plástica está en las tres R: reducir (el uso de plástico), reusar y reciclar. Julio es el mes perfecto para movernos hacia ese objetivo.